Skrytz

Vivir o sentirme viva?

Soltar

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Decir -Adiós- a etapas, personas, sueños o sentimientos es algo más que una simple palabra, algo más que la despedida que quizás, nunca hubieras imaginado que se haría.

Decir -Adiós- conlleva con crecimiento interpersonal, un proceso de autoconocimiento y aceptación. Un proceso de dolor, ese sentimiento que así como duele, enseña.

Y recordemos, estamos aquí para aprender.

A veces, lo que más cuesta de soltar es eso que no se puede ver ni tocar, esos recuerdos y pequeños momentos de felicidad en los que nos sentíamos inmortales. Un último abrazo, el tacto de una piel, un olor, una sonrisa sincera y unos ojos por los que veíamos una galaxia entera.

Tuve la suerte de vivir en un capítulo feliz de mi vida, de sentirla.

De poder dibujar infinitos »te amo» en su espalda miles de veces y llenarle la piel de besos, mientras esa persona dormía encima mía es la manera más pura y real de demostración de amor que descubrí que mi persona podía expresar.

El sentimiento de que en cualquier momento me podía estallar el corazón de tanto amarlo y que antes de irse a cualquier lugar, ya le echaba de menos. Las canciones en el coche y nosotros cantándolas a todo pulmón. Los lugares que visitamos y los recuerdos que fuimos acumulando. Los reencuentros después de una despedida. Las cartas escritas, algunas de ellas jamás enviadas. Las risas, la suya. El abrazo piel con piel después de un buen sexo cargado de deseo. Los planes en común y las metas acompañadas de pasión.

Algunos le llaman apego, a mí me gusta seguir llamándolo amor.

Decir -Adiós- es difícil y tal vez más para la persona que se queda ahí, con todo ese amor que un día aprendió a dar y ahora tiene que olvidar.

Y por más que tratemos y veamos que hemos conseguido, ese amor no se va olvidar.

Cómo te olvidas de una etapa que tantas enseñanzas te ha dejado? Cómo te olvidas de ese sentimiento que tanto te dio? Cómo te olvidas de esa persona que un día tanto te amó?

Si el amor fue real, nunca se olvidará.

Sinceramente, no puedes. Y si pudieras, no lo hagas.

Empezar una etapa y cerrarla siempre va a ser jodidamente doloroso, pero en ocaciones es necesario para poder continuar. Quedarnos a vivir en un capítulo de nuestra vida no es posible, hacemos y deshacemos, morimos y tocamos el suelo infinidad de veces y apreciamos esos pequeños momento en el que sentimos que estamos vivos.

Acabar una etapa puede significar que el corazón se rompa y que nuestra alma crezca. Debemos vivir en cada una todo lo que necesitemos. Es necesario sentir que el corazón llora, aceptarlo y entender nuestro dolor. Abrazarnos un tiempo, para después alzar la vista, analizar la situación en la que nos encontramos y empezar un nuevo capítulo, aprendiendo una vez más que no podemos controlarlo todo y que hay situaciones que nos pueden hundir, pero nosotros hemos aprendido a nadar.

Cuanto más doloroso es un -Adiós- más fuertes nos hacemos. Cuanto más tardemos en aceptarlo, más tardaremos en volver a empezar. Y si no nos sentimos preparados para volver a empezar, sólo debemos confiar en el tiempo y hacerlo sin miedo.

No hay un tope para ello, siempre podemos volver a empezar.

Volver a empezar, agradeciendo a la vida por otra etapa más, por los recuerdos y todo lo vivido. Quedarnos con lo bueno y en su mayoría de veces, aprender de lo malo.

Guardar dentro todo ese amor, los momentos felices y agradecer por lo que un día fue.

Soltar el odio, rabia y tristeza, entender esos sentimientos para luego dejarlos ir.

Decirle adiós a un amor verdadero no es fácil, es quizás, el dolor más grande y del que más se aprende. Aceptar que lo que pudo ser ya no será, que hay promesas que están destinadas a romperse.

Nos queda confiar en el tiempo y abrir la mente hacia todo lo que vendrá.

El tiempo no para, el mundo sigue girando y los momentos van pasando.

Nadie se muere de amor, pero quizás sí una parte de nosotros, esa parte que ama incondicionalmente, de manera sincera y llena de ilusión. Esa parte que no volverá a ser igual, pero sí una versión mejorada.

Siento que, la manera de sanar un corazón roto es despidiendo a ese gran amor así como vino, con amor. Darle esa libertad de poder seguir con su rumbo siempre con el cariño y el respeto que lo sostuvo. Alegrarnos por cada logro conseguido y desde la distancia desearle muchos momentos felices más.

Soltar no es fácil, lo fácil es amar y qué complicado lo ponemos todo a veces.

El amor es el sentimiento que más llena y te hace sentir invencible. El sentimiento de ser amado es esa sensación que te hace sentir que todo siempre va a ir a mejor, que puede acabarse el mundo que tú has tenido la suerte de poder vivirlo.

Skrytz